EPISODIO CXVIII – Después de la primera mentira, toda la verdad se convierte en duda

18 DE FEBRERO DE 2019

Introducción

El titulo lo tomé prestado de una publicación que me enviaron por correo electrónico.  No hay nada más cierto que eso.  Lo mismo pasa cuando siempre haces las cosas bien, haces una mal y caes en desgracia.  O cuando le haces favores a las personas, el día que no puedas, eres el malo, porque no los ayudaste, aunque en ocasiones anteriores siempre los hayas ayudado.  Esa es la naturaleza humana.  Por eso los perros son los mejores.

Ese es el mundo en que vivimos.

Vuelve Juana la Matraca

Para los que leen este blog saben que uno de los problemas más grandes que tiene Puerto Rico es que premian la ineptitud.  En todas las áreas económicas ocurre, aunque mayormente en las esferas gubernamentales.  Vivimos en una cultura en donde el que trabajaba en el gobierno se adaptó a la idea de tomarlo suave, porque ese trabajo es de treinta años.  Sin embargo, la empresa privada se ha contagiado.  Pero no voy a abundar sobre eso (por ahora).

Tres meses atrás, 10 de noviembre de 2018, recuerdo que escribí por primera vez sobre el problema que tenían los dentistas en este país, los cuales, gracias a la burocracia y a la falta de compromiso del departamento de salud y al menos seis gobernadores en los pasados veinticinco años, no habían tenido el beneficio de un aumento de tarifas por los servicios que brindan a la ciudadanía.

No voy a reescribir lo que ya he escrito, pero pueden leer los escritos en los siguientes episodios:

• Episodio XXXV (Ya tiene casi trescientas vistas)
• Episodio CV – El reino de los talentosos
• Episodio LVI
• Episodio LXXII – Limpieza profunda
• Episodio XLVIII

En resumen, la problemática es que los servicios que proveen los dentistas son pagados a la misma tarifa en los pasados veinticinco años.  ¿Cuál es el problema?  Hay varios.  Pero mirando yo desde afuera, hay un juego de pitcher y cátcher entre el departamento de salud y las aseguradoras.  Ellos toman las decisiones, y los afectados son los dentistas.  El problema no es exclusivo de los dentistas porque hay muchos profesionales de la salud que están viviendo situaciones similares.

Se supone que la semana pasada el departamento de salud de Puerto Rico hubiera presentado un nuevo tarifario para los dentistas.  Algo que, como mencioné, llevan más de tres meses en la espera de ese documento.  Pero, por al menos la quinta ocasión, el documento no salió.  A la Directora Ejecutiva le encanta estar en entrevistas de relaciones publicas diciendo que todo esta bien, pero no realiza la labor por la cual le estamos pagando con las contribuciones que nos cobran.  Hay que orar.

Pero eso queríamos, eso tenemos.

Una de las cosas que más me llamó la atención fue que la confección del nuevo tarifario.  Quien lo está preparando es el departamento y las aseguradoras.  Ahí me perdí.  ¿Cómo es que no se tomó en cuenta a las personas que afectan?  No hay representación de los dentistas.  Si es así, va a ser un documento excelentemente preparado.  Si, claro.  Por eso estamos como estamos.

El departamento no hace nada para mejorar las tarifas, que están más congeladas que el Ártico antes del calentamiento global, pero entonces le envía una carta normativa en donde les indica a los dentistas que no pueden cobrar un deducible o cargo adicional por concepto del certificado de exámenes orales que, por ley, todos los estudiantes tienen que llevar a sus escuelas para ser admitidos.

Una pregunta se cae de la mata, ¿cuál es la diferencia entre el certificado de salud y el certificado oral?  ¿Por qué yo tengo que pagar $25 por el certificado de salud y un dentista no puede cobrar lo mismo por el certificado oral?  ¿No es lo mismo?  Pues entonces, si le prohíbo a los dentistas cobrar, pues entonces le tengo que prohibir a los médicos de obras publicas cobrar por un certificado por el que hacen muy poco.  ¿Cuál es la mala leche?  Se fastidio el dentista que fui la semana pasada.

Pues eso querían, eso tenemos.

Volviendo al tarifario, la directora dijo que iba a estar preparado para el 31 de enero y no lo estuvo.  Después, para el 15 de febrero, y tampoco.  Pero si bajó la carta que mencioné en los dos párrafos anteriores.  ¡Coño señora!  ¿Esa es su seriedad para resolver el tema?  ¿Ese es su profesionalismo?  Gracias a personas como usted es que estamos como estamos.

Continúe viviendo en su burbuja mientras los sectores por los que se supone que esté trabajando están sobreviviendo día a día.  ¡Felicidades señora!  Usted es una de las personas que son bendecidas por Dios e intocables por el hombre.  ¡Alábalo que vive!

En realidad, ¿eso es lo que queremos?  Por lo que veo, esto continuará.

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