13 de marzo de 2024

Introducción
Lo siguiente es un comentario que no tiene nada que ver con lo que voy a tratar comunicar en este escrito. A la verdad que la hipocresía política en esta isla es inmensa. Estamos en campaña, que eso no lo dude nadie. Y aunque todos los políticos son hipócritas con el propósito de conseguir tu voto, para que ellos puedan vivir cómodamente en los próximos cuatro años, hay un caso que me molesta de sobremanera.
Puertorriqueño, no seas bruto en las urnas. Sé que has sido un ser poco inteligente en los pasados años escogiendo a quien te representa, pero ¡CARAJO!, no porque un político aparezca en El Guitarreño o en Alexandra haciendo “baby showers” o haciendo el ridículo, tienes que votar por ellos. Hay otras alternativas que pueden tomar lo que queda de país y hacer cosas grandes. Somos mejores que la basura que presentan en televisión y entrevistan en radio a cambio de un café y un coquito.
Con eso los dejo. Eso querían, eso tienen.

EMPATIA
Seguimos con la serie de artículos que me llevaran a ganar un “Poop-litzer” relacionados con seres que son tóxicos en el ambiente laboral, pero, porque el Dios que existe es el del Nuevo Testamento, pues quedan en posiciones privilegiadas. Eso no discrimina entre empresa privada y agencia pública. Es la misma basura
Si tienes una posición de director o gerente, lo primero que debes hacer es escuchar. ES-CU-CHAR. Si eres una de esas personas que te encanta escuchar tu voz, ya tienes problemas. Quizás tienes la buena intención de mejorar el ambiente, pero si no escuchas, no vas para ningún lado.
Quizás tienes la buena intención hacer que las cosas mejoren, pero si obvias las ideas de los empleados, sólo porque no lo pensaste, pues no vas para ningún lado. Quizás de la primera, pues pasan esas “buenas intenciones” en las que pides opinión para laborar en un ambiente mejor, pero, te das cuenta de que no lo hacen para beneficio de la empresa o de los empleados.

Lo hacen por beneficio propio porque entonces todas esas ideas que recogen de la empleomanía, las hacen ver como si fueran ideas propias, no dan crédito y, peor aún, reciben bonificaciones por “innovaciones” que en realidad ellos no tienen la capacidad de entender. Pero cuando la cabeza sabe menos, pues, eso querían, eso tienen.
No sé si tengo una percepción errónea, pero en una gran mayoría de las ocasiones, las personas, mientras más títulos tienen y más educación tienen, se vuelven mas inútiles. Y no quiero generalizar, pero, muchas veces, esas personas, que antes se comían al mundo con sus conocimientos y sus acciones, se les sube el ego y pasan a ser unos seres que no dan ni un tajo en defensa propia.

Pero son los primeros que buscan remuneraciones y altas posiciones porque su meta es verse como personas exitosas. Y dije, verse como personas exitosas, porque tienen que proyectar que lo son para sentirse realizados. Y parte de ese éxito, por desgracia, es ver a los demás por encima del hombro porque logran ser superiores en “conocimiento” y adquisición de bienes que el resto de los mortales no puede obtener.
Comienzan con una visión de mejorar el mundo, pero al pasar el tiempo y ver las comodidades que obtienen, se corrompen hasta el punto de ver que las cosas que están mal, para ellos es perfectamente bien hacerlas, porque no ven consecuencias por que el poder que tienen logra que sean impunes.
Son seres del Olimpo que no pueden hacer nada de los que antes hacían porque se ensucian las manos. Para mí, les avergüenza de donde salieron para llegar a donde han llegado. Prefieren morir de hambre antes de ir a una cafetería a comer. Eso si no hay un UBER disponible para que le lleven la loncherita de McDonals. Porque todo es proyección. Hay gente que llegan a un punto que son tan pendejos que teniendo las herramientas para hacer algo, mandan a otros porque eso seria degradante para ellos. Hay que joderse.

Dicen que no hay empleados malos, si no jefes malos. Ahí yo difiero porque generalizar es malo. Aunque hay unos jefes que son unas joyitas, hay empleados que uno se pregunta cómo están donde están. Es como el meme de la vaca en el techo. ¿Cómo infierno llegó eso ahí? Considero que es por labia y su poder de estar besando anos (como el título de este escrito, pero para que se escuche más bonito). El problema es que el resto de los empleados se da cuenta de lo poco que hacen y los muchos beneficios que reciben y, en consecuencia, a los buenos empleados se les afecta su entusiasmo en realizar su labor diaria.
¿Para qué me voy a matar haciendo lo que hago cuando a este otro le dan todos los beneficios que yo no recibo? Eso es uno de los pensamientos principales cuando ocurre este caso. “A no, es que tiene una posición de gran responsabilidad en la empresa”. Ajá, pero no puede hacer un análisis básico y cuando se ve atrapado al no poder justificar los resultados obtenidos, indica que son números y estadísticas inventadas. Claro, cuando no les conviene, las justificaciones vienen solas. Además, hay que quedar bien con los dueños, aunque tu ejecutoria sea un desastre.
“A no, es que a ese empleado le pagan el mínimo”. Ajá, seguro, pero cuando ese mínimo lo extrapolas a la cantidad de tiempo que en realidad esta trabajando y lo llevas a lo que representa ese trabajo en una hora, pues te das cuenta que termina cobrando tres o cuatro veces la cantidad nominal.

Hubo una vez que una compañera hizo ese computo, pero a la inversa. Eso porque en la industria en la que laboramos, casi siempre se cobra como empleado exento. Lo que quiere decir que no importa si trabajaste doce horas, siete días a la semana, vas a cobrar lo mismo. El cómputo de la compañera reflejó algo interesante. Y era que, basado en el trabajo que teníamos, y las horas que le dedicábamos a cada trabajo, terminábamos cobrando por debajo del salario mínimo del empleado no exento. Y todavía dicen que el mundo es justo.
Y aunque el computo era bastante revelador, el problema fue que lo publicó en las redes sociales y entre sus amigos, estaba uno de los jefes. Y obviamente, pues pasó lo que regularmente pasa en esos casos. Ella, aunque era una empleada excepcional y excelente en lo que hacía, tuvo roces con la gerencia y se fue de la compañía. A corto plazo, pues se quedó sin trabajo, aunque en su posición, podía hacerlo por par de meses. Pero a largo plazo le convino porque comenzó en otra compañía, donde actualmente se encuentra todavía y le va excelentemente bien.
Nada, cuando te sientas mal en el trabajo por lo que estás haciendo y no te sientes recompensado porque han pasado más de diez años y no recibes un aumento de salario, recuerda lo siguiente; mientras más fuerte tu trabajes y te esmeres para que la compañía mejore, pues estas aportando para que tu jefe se compre un carro de lujo último modelo.

Eso querían, eso tienen.
Este es el último artículo con este título, así que espero que hayan disfrutado la serie. Y estuve bastante tiempo redactándolo. Lo revisaba, añadía, quitaba, volvía a añadir, volvía a quitar, buscando coherencia en el pensamiento que buscaba expresar. Espero haberlo logrado.
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