Episodio CDXXII (422) – CRONICA DE UNA CAIDA CABR*NA (PARTE 6)

20 de octubre de 2025

Introducción

¡Saludos mis estimados amigos!  Les habla JDZ.  Gracias por acompañarme en esta narración de esta tragicomedia que, aunque no lo crean, es real. En el episodio anterior, nuestro amigo Don José, pensando que se iba a tratar el brazo de un golpe normal, recibió un balde de agua fría.  Pero como dijo un gobernador de Puerto Rico, al que le encontraron más de cuarenta ladrones en su gabinete; “lo mejor esta por venir”.  Y continuamos.

Eso querías, eso tienes.

Cuando un accidente se multiplica por 10

Después de haber dormido como pudo, pues al otro día se fue para otra clínica donde le refirieron para visitar el ortopeda.  Llegó a la sala de emergencias y le informaron que el doctor no estaba en el hospital ese día, pero que la oficina estaba al cerca del hospital.  Aprovechó para pedirle a las enfermeras que le tomaran le presión, y ahí notó algo raro.  La presión la tenia mejor que nunca.  Con todo y el brazo fracturado.  Interesante.

Pues no le quedó más que caminar hasta la oficina.  Lo primero es que le dijeron la dirección mal y llegó hasta otro edificio.  Pues ok, eso fue ejercicio.  No era el momento, pero era ejercicio.  Al rato, pues llegó a la oficina indicada y estaba llena.  Fue a donde la recepcionista, le explicó la situación, y aunque no tenía cita, le abrió un espacio para que lo atendieran.  Y eso, que no había visto la placa.

Como en ese momento, Don José no tenia la tarjeta del plan médico física, pues le envió la certificación a la señora por correo electrónico.  Medio despistado el hombre.  Y entonces, lo enviaron a esperar.

Pasaron las horas.  El hombre no había desayunado, estaba con dolor, y ya estaba viendo la oscuridad.  De momento, llegó una persona vendiendo almuerzos, otras chucherías, refrescos y lo más importante, café.  Ahí le pidió uno y con eso se revivió por un rato.  Pasaron par de horas adicionales cuando por fin lo llamaron.  Prepárense, que lo interesante viene ahora.

Lo asignaron a un cubículo y entregó la placa que le habían sacado en la clínica que había visitado el día anterior.   Llegó el ortopeda y al ver la placa se impresionó.  Le preguntó que cómo fue la caída y, como pueden recordar, no tenía la más mínima idea de cómo fue.  Entonces, él determinó que quería ver la fractura con más detalle y lo envió a hacer un CT Scan.  Y entonces surgió un problema.

Volvió a la clínica para que le hicieran el CT Scan, pero no lo podían hacer porque necesitaban una autorización del plan médico.  ¿Saben lo que tuvo que hacer?  Salir para la oficina del plan médico, porque desde el hospital que, dicho sea de paso, es de la misma compañía y la misma red, no lo podían hacer.  ¡Brutal!

Pero antes, le dieron una santa clavada y sin vaselina con el estacionamiento.  Mano, estacionar en un hospital es más caro que estacionar en un hotel.  Y si se dijera que el edificio es bonito o presentable, pero no, es feo e incómodo.  Ahora yo, JDZ, me pregunto; ¿cómo carajos quiebran los hospitales con tanto ingreso colateral que tienen?  Vuelvo a la historia.

Pues después del golpe al bolsillo con el estacionamiento, se dirigió a las oficinas del plan, sin necesidad.  Ahí estuvo por media hora hasta que lo atendieron.  Explicó por enésima vez lo que había pasado y que el doctor había dado un referido para ver con más detalle la fractura del hombro.  Se lo dieron, pero ya eran las cuatro de la tarde.  Por lo que, fue a buscar al muchacho a la escuela y se fue para su casa.

Y ya sabiendo lo grave que era su caso, pues las dosis de medicamentos para el dolor aumentaron y así pudo pasar los próximos días hasta que llegó el resultado del CT.  Y con este destello de esperanza, continuaremos.

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