Episodio CDXXIV (424) – CRONICA DE UNA CAIDA CABR*NA (PARTE 8)

28 de octubre de 2025

Introducción

Mano, no me lo van a creer.  Habrán notado que hace varios días no escribía ni publicaba.  Todo tiene una razón de ser.  Pues resulta que, basado en los escritos anteriormente ya publicados, el señor José me escondió el cable de la computadora y no la podía utilizar.  Todo porque estoy narrando su historia de terror y esta molesto por la forma en que lo estoy haciendo.

En consecuencia, lo voy a seguir narrando porque me importa un pepino lo que piense.  Por lo que, continuamos con la narración.  Espero les guste.

Eso querían, eso tienen.

La triste historia de un pendejo laboral

Jueves.  Una de las cosas que José aprendió en el proceso es que los golpes, aunque se hinchen y sabes que estas golpeado, no te presentan hematomas de inmediato.  Pues la caída fue lunes y no fue hasta ese día, en la noche cuando su hijo le indicó que el brazo se le estaba poniendo negro.  O sea, brazo roto, con dolor, hinchado y ahora con un hematoma del tamaño del mollero completo.  Ahí fue que se jodió la cosa.

Viernes.  Ese día se suponía que el médico lo iba a contactar para informarle lo que decía el CT.  Le escribió y no hubo contestación.  Y como no hubo contestación, pues entonces se fue a laborar como de costumbre.  Ya llevaba cuatro días con el brazo roto y sólo había faltado los dos días que estuvo en las clínicas.  A la verdad que fue bien morón.  Aun así, par de semanas después se superó rompiendo el morónmetro.  Es más, no tardó semanas porque…

Al otro día, tenía que trabajar en un inventario.  Y fue.  No podía con su vida, pero fue.  No podía con su vida, pero hizo lo que un infeliz asalariado debía hacer en su situación; mandar.  Y aunque estuvo a cargo de lo que fue la logística del inventario y de estar seguro de que se hacia lo que se tenia que hacer, pasaron tres horas ya estaba que estaba a punto de le consiguieran una carroza y que lo llevaran a capilla ardiente.

Estaba más muerto que vivo, pero terminó.  Algo que nunca jamás le van a agradecer.  Y como le van a agradecer si los días pasaron y de las altas esferas no le preguntaron ni como se sentía ni si lo podían ayudar en algo.  La esclavitud en su máxima expresión.

Pero como el individuo tenía la responsabilidad de hacer lo que tenia que hacer, pues lo hizo.  Regularmente eso es lo que hacen los pendejos y, como saben, Don José es lo más pendejo que existe.  Pero eso es lo que escogió.

Así que, eso quería, eso tiene.

Llevo ocho partes y todavía no he pasado de la primera semana.  Es más, puede ser que se me haya pasado algún detalle.  Espero que estén disfrutando esta historia.  Créanme que lo que viene está mucho mejor.

Si te gusta esta historia, dale “LIKE” en uno de los botones de abajo.  Te puedes suscribir a ambas páginas, en Facebook Eso Querías, Eso Tienes y en WordPress, donde tienes que registrarte con tu correo electrónico.  Puedes escribir tus comentarios al correo electrónico esoqueriasesotienes@gmail.com.  Le puedes indicar a tus amigos y conocidos sobre la página www.esoqueriasesotienes.com.

Leave a comment

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.