10 de noviembre de 2025
Introducción
Hoy le iba a ceder el blog al que lo paga, pero no me dio la gana. Hoy es un buen día para escribir. ¿Y saben por qué es un buen día para escribir? Porque estoy molesto. Y más que molesto, estoy super, mega, duper enca****nado. Así que, vamos a ver cómo desarrollo la narrativa del día de hoy.
Eso querían, eso tienen.
¿Dónde me quedé? Denme un minuto para recapitular.
Okey, ya sé. Terminó la aventura del viernes en las clínicas externas.
Sábado. Si pensaban que el Sr. José se iba a quedar en su casa antes de la operación, se equivocaron. Pues por segundo fin de semana consecutivo, le tocó hacer funciones de papá de estudiante, porque tenían programado una actividad de recaudación de fondos para la clase graduanda.
A eso de media mañana arrancaron para la actividad. Hay que destacar que todavía no le habían dado el detente para poder conducir, pero no estaba en condiciones de estar mucho tiempo de pie. Entonces, lo enviaron a supervisar a los chicos que estaban promocionando la actividad en la avenida. Mediodía y con el brazo roto, una misión casi imposible. ¿Al menos le llevaron agüita? No.
Estuvo cuatro horas de pie, bajo un sol cabrón y nada. Suerte que se fue a comprar algo de comer, porque si no lo hubieran recogido con pala. Al final, ya estaba mareado y pues, no pudo más. Se fue al carro, prendió el aire acondicionado y espero a lo que el muchacho salía de hacer su función. Cuando llegó, salió sin despedirse de nadie. Me imagino que lo consideran como un come mierda “plus”. Pero nadie allí se preocupó por cómo se sentía, así que él no se preocupó por despedirse y ser aceptado.
Nada, pues a eso de las cuatro de la tarde volvieron para su casa. Don José se tomó par de pastillas, se recostó y descansó lo que pudo. Tena que prepararse para la admisión del próximo día en el principal centro de salud del país. Así que recopiló toda laí documentación que ya tenía y le prepararon una maleta como si fuera a estar hospitalizado por dos semanas.
Ya faltaba poco. ¡Ja! Al menos eso era lo que pensaba. Y como dice la ley de Murphy: “si hay algo que puede salir mal, va a salir mal.” Pero lo detallo en la parte trece. Anticipando el futuro.
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