15 de octubre de 2019
Introducción
Hace una semana no me sentaba a escribir. Lo mejor de todo es que no les hice falta a mis lectores. No recibí ningún mensaje. No me enviaron una señal. En realidad, estaba drenado y aún lo estoy. Tengo el ánimo en niveles subterráneos, pero nada, continuamos respirando y viendo cómo es que uno no puede salir tranquilo en mi país, porque si no los que controlan las calles, que no es la policía, pueden hacerte una regadera de tantos tiros que te pueden meter. Ese es el país en el que estamos viviendo.
Las autoridades ahora dicen que están preocupadas. Vamos a ser francos, no pueden hacer mucho. El mismo gobierno destruyó el sistema de educación que es la mejor herramienta para desarrollar buenos ciudadanos. El mismo gobierno destruyó la economía del país, que es lo que brinda la estabilidad en la calidad de vida de los habitantes. El mismo gobierno, con sus pillos nombrados por los ciudadanos, es quienes nos han robado el vivir y nuestro futuro.
Pero eso querían, eso tienen.
El princeso educado
♫♫ Mi escuelita, mi escuelita
♫♫ Yo la quiero con amor
♫♫ Porque en ella, porque en ella
♫♫ Es que aprendo la lección.
♫♫ Por la mañana bien temprano
♫♫ Lo primero que yo hago
♫♫ Saludar a mi maestra
♫♫ Y después a mi trabajo.
Lo primero que voy a decir, para que no salgan par de changuitos, es que el titulo se basan en los escritos titulados “La Princesa Educada”. Si leyeron esos episodios que fueron publicados varias lunas atrás, pues van a entender el por qué se titula así. Si no los leyeron, están invitados. En resumen, en esos episodios se resume la espectacular gestión realizada por la princesa intocable, Julia Keleher, antes de que se descubriera que era mortal y los federales la arrestaron. Cosas de la vida.
Pues al ella ser la princesa, su sustituto es el princeso. No príncipe, princeso. Primero, no sé cual es la maldita cuestión de que los secretarios de educación se ponen en sus actividades una corbata de lazo. ¿En serio? ¿Ese es el requisito que le ponen los gobernadores para ejercer el puesto? Anyway, el caso es que el individuo llegó a la posición de paracaídas, porque en principio, no lo querían. ¿No recuerdan que la princesa había designado dedocráticamente a Eleuterio para que fuera su sustituto? Con ese nombre no iba para ningún lado, y no fue para ningún lado, porque ni lo evaluaron. No lo dejaron llegar a primera.
Después, el princeso fue nominado y nombrado. Le encantaba ir a entrevistas, pero nunca sabía nada. Su contestación preferida era; “Te consigo la información y te la envió”. Nunca estaba preparado. Su problema fue que lo cogieron en las mentiras que decía y después nadie lo quería entrevistar porque lo que iba a decir eran mentiras. Hasta ahora no lo he escuchado en las ondas radiales, aunque sé que lo entrevistaron. Pero como todo paquetero, lo quemaron en los programas de análisis por embustero.
Pero eso querían, eso tienen.
¿Qué ha hecho desde que lo nombraron? Vamos a ver. Eliminó el programa de mandarín que instituyó la princesa. Implantó un programa de practica de golf para los estudiantes del sistema público (como si las escuelas tuvieran campos de golf). Muy pertinente. Siguió los pasos de su jefa cuando mandó el programa de educación especial pa’l carajo. Se ve que el muy brillante no sabe hacer presupuestos y viene le dejó esa responsabilidad a gente que no conoce los programas y las necesidades de los estudiantes y le quitó los fondos a ese programa, a tal punto que se van a quedar sin nada para el mes de noviembre.
Pero no esperemos mucho de un individuo, que puede ser lo más buena gente del mundo, pero no ha demostrado la más mínima destreza de buena administración. Quizás es un “pega pasquines” brutal, pero la posición de secretario le queda grande. Pero tiene buenos maestros. Además, es un ejemplo de que, aunque cuando eras joven te botaban de la escuela, con mucho empeño y varias palas y “diggers” puedes llegar a ser secretario de educación y “casi casi” gobernador.
Y no se me va a olvidar. ¿Cómo olvidar? Cuando eres un morón y no tienes la capacidad administrativa de manejar eficientemente fondos gubernamentales, pues entonces los federales lo van a hacer por ti. Por eso, el gobierno federal congeló un “Petty cash” de $1.5 billones dirigidos a la educación de nuestros niños y al futuro del país. Todo porque después del episodio de la princesa, pues los federales no confían. Pero como todo es política, y el princeso no sabe hacer nada más, en vez de responsabilizarse por los actos ocurridos y realizados por su jefa mientras él también estaba en la administración, pues entonces lo que hizo fue que le hecho la culpa a Sila. ¡Wow! Sila no fue una buena gobernadora, pero princeso, eso que esta pasando ahora no es culpa de ella. No sea un excelentísimo morón.
Eso querían, eso tienen.
Me voy a detener por ahora, pero me faltan par de cosas que este individuo, que esta llenando la solicitud de ser miembro activo de los “ineptos con suerte de la administración de Baby Mesías”, ha estado haciendo, o peor aún, no haciendo por el bienestar de los niños de Puerto Rico. Continuaremos.
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