27 DE MAYO DE 2019
Introducción
Caen tres gotas y el SÓLIDO sistema de electricidad en mi país colapsó. En realidad, el aguacero fue fuerte, pero como quiera, este hecho demuestra que lo que hicieron todas estas compañías que vinieron a hacer trabajos de reconstrucción después de los huracanes lo que hicieron fue miquear. Y miquear de manera galáctica.
Los Whitefish de la vida, los Cobra de la vida y todos los que se vinieron a aprovechar de Puerto Rico a causa de la economía del desastre, vinieron a resolver, no ha hacer bien las cosas. Mientras más barato le salieran las reparaciones, pues mejor para ellos. Ya tenemos iguanas terroristas, gatos suicidas, ramas presentás, choferes de camiones que le encanta chocar con los postes que lo que hicieron y continúan haciendo es fastidiarles la vida a los ciudadanos de la isla.
¿Y Kid Ricky que dice de esto? Coquí, coquí. Eso querían, eso tienen.
Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa
Decían que nos íbamos a quedar sin agua. La sequia era inminente. Pero Dios tuvo otros planes y nos esta mandando agua por un tubo y siete llaves. Ha mandado tanta agua que la represa del Guajataca que estaba en niveles que estaba a punto de cerrar la llave porque no tenía suficiente acumulación de líquido, pues hoy tuvieron que abrir las compuertas y avisarle a la gente que no se acercaran a las orillas del rio por el golpe de agua.
Al menos nuestros amigos del oeste ya se deben olvidar de lo que es bañarse con cubito, balde, envase, como lo quieran llamar. No les digo con agua caliente, porque si tienen estufa eléctrica, de momento se les va el servicio y se fastidiaron. Tras de que van a lavarse las partes con vasito, pues entonces se le van a congelar, con riesgo a que desaparezcan. Si tienen estufa de gas, pues pueden entibiar el agua par de minutos y se salvan de ese trauma.
Se me quedó algo que pasa aquí cuando llueve. El puertorriqueño pierde capacidades intelectuales motoras cuando tiene que conducir su vehículo y caen tres gotas. No tiene que caer un aguacero de siete pares. Con una simple llovizna, el boricua tiene la capacidad celestial de hacer unos embotellamientos de transito que Dios se lo bendiga. Ese sería un buen proyecto de investigación para una feria científica de escuela superior.
En un trayecto de 20 minutos, puedes estar fácilmente dos horas en el carro. Si estas relajado pues no hay problema. Pero, si la naturaleza te llama y, de momento, Conan te da una puñalada, pues entonces no tienes opciones. Reza para que los carros se muevan y puedas llegar a tu destino. Si tus oraciones son escuchadas, pues felicidades. Pero si no ocurre, no hagas paradas hasta tu casa y busca un buen shampoo para tu carro.
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