Episodio CXCIV – No se puede confiar en nadie

25 DE MAYO DE 2019

Introducción

Hoy debo felicitar a la persona que me introdujo a la escritura de este blog porque conmemora la celebración de su natalicio.  Amigo, ya estas casi en el medio peso, medio siglo y ya estas casi listo para llenar la solicitud del AARP.  También puedes inscribirte en el club de las “Patitas Calientes” de Plaza.  Espero que la pases bien te desea Joe Don Zinato.  Y pórtate bien, ya a tu edad los desarreglos tienen consecuencias irreversibles.

Uña y mugre

Es impresionante como en este país los corruptos hacen y deshacen y cuando hay que procesarlos tienen una capacidad bestial de zapatearse de las consecuencias.  Lo que hicieron los grandes estrategas financieros que se encargaban de los valores del gobierno, en cualquier otro lugar estarían presos, menos aquí.

Las inversiones que hicieron en los fondos de retiros en los 2000 que, supuestamente era para brindarle fortaleza al fondo, pero lo que hicieron fue desfalcarlo, para quienes decidieron esa bestialidad no hubo consecuencia.  El refinanciamiento de la deuda en deuda a corto plazo en los 2010, tampoco tuvo consecuencias.

Pero es más importante ver a los viejos chochos que salían en las fotos de sociedad con las Miss Puerto Rico.  Es más importante ver a funcionarios de gobierno que, aunque fueron presos, la justicia les sonrió con sentencias ridículas y ahora son emisarios internacionales de como manejar los asuntos gubernamentales.  Y como olvidar, los que defraudaron al pueblo, cayeron presos y ahora son contratistas del gobierno y, además, cobran pensiones de gente grande.

Pues eso es lo que quieren, eso es lo que tenemos.

Somos un país de ley y orden.  Eso dice nuestro gobernador.  Yo lo cambiaria a “somos un país de ley y orden cuando nos conviene” o “somos un país de ley y orden, depende quien haga las cosas y su poder adquisitivo”.  Es una falacia decir que todos somos iguales, cuando eso no es correcto.  Si todos fuéramos iguales tendríamos los mismos accesos y oportunidades.  Si fuera así, todos estaríamos viviendo el mismo estilo de vida y tendríamos la misma calidad de vida.  Pero eso no ocurre y nunca va a ocurrir.

Pensar en esa posibilidad es como vivir en “Lalalandia”.  Aunque vivimos en “Bobolandia”, que es algo peor.  Pero eso queremos, eso tenemos.

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