Episodio CCLVI (256) – Así no podemos mejorar

15 de septiembre de 2019

Introducción

Hoy estoy como la canción de Marc Anthony; “Yo trato, trato, trato”.  Uno intenta ser optimista, pero no se puede.  Queremos mejorar el país, pero tiramos basura en la calle.  Queremos mejorar el país, pero no respetamos las señales de tránsito.  Queremos mejorar el país, pero no hacemos filas, ni esperamos nuestro turno.  Queremos mejorar el país, pero no respetamos los derechos de los demás.  Haciendo eso, nunca vamos a mejorar este país.

En ninguna de las aseveraciones anteriores mencioné al gobierno ni a nuestros flamantes gobernantes.  Lo hice a propósito porque, aunque ellos son unas de las causas principales por la cual estamos como estamos, debido al pillaje y al robo de fondos públicos para ellos y sus “amigos del alma”, vamos a mejorar el país cambiando nuestra perspectiva de lo que queremos como país en el futuro.  Si queremos seguir estando en el boquete en el que estamos, pues vamos a seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora.  Pero, si queremos cambiar, tenemos que cambiar nosotros, para entonces, promover un cambio colectivo.  Hay que intentarlo.

Eso querías, eso tienes.

♫♫ Yo lucho, lucho y lucho, y no lo consigo ♫♫

Seguimos cantando.  Jejeje.  Bueno, dije que iba a hablar de cosas positivas.  Positivo, ¿siempre positivo?  Esa es buena pregunta.  En el pasado mes, en el que Sor Wanda ha tomado las riendas del país, se han visto cosas interesantes.  La guerra entre el poder legislativo y ella para sacarla de la posición que, por disposiciones de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, esta ocupando en la actualidad.  El viajecito a Washington de la gobernadora con la tilapia y el hermano Johnny para conseguir un poco de confianza para poder obtener fondos para la reconstrucción.  La introducción de la tenista Beatriz “Gigi” Fernández en los asuntos para conseguir la estadidad para Puerto Rico, entre otras cosas.

El segundo y tercer punto mencionado en el párrafo anterior están relacionados.  Es interesante que la gobernadora fuera a buscar una confianza, acompañada por los mismos que estuvieron en el proceso cuando se perdió la confianza del gobierno federal en la administración actual.  Además, ¿qué iban a aportar los presidentes legislativos?  Ellos se han dedicado a sembrar y comprar influencias de los “tontos útiles” locales con un sólo propósito, salir reelectos.  Son muy pocas las veces que esos dos individuos han hecho algo más allá del Mar Caribe.  Por eso, JGo se buscó una aliada para conseguir lo que dijo que iba a conseguir causando una crisis a principios del 2017.

No fue con la gobernadora ni pa’.  Pero consiguió a Gigi Fernandez para que consiguiera reuniones a favor de la estadidad Para Puerto Rico.  ¡Que bueno!  Ya que la natimuerta comisión de la igualdad no consiguió nada, excepto beneficio y nombre para dos o tres que la componían, pues entonces hay que buscar más gente famosa que sea portavoz del ideal en Washington.  Ahora me van a caer encima.

Ya Gigi vive en su estadidad.  Ella no vive en San Juan, ni en Dorado, ni en Jayuya.  Ella reside en los Estados Unidos de Donald J. Trump.  ¿Por qué esta buscando la estadidad para Puerto Rico si vive allá?  Me imagino que en algún momento buscará mudarse acá a Puerto Rico para estar cerca de sus amigas Jennifer y Cucusa.  Es la única razón que veo, porque si luchas para algo, es para después disfrutar de lo que conseguiste.  No le veo lógica que se logre el ideal y se quede por allá.  No lo veo.

Pero Gigi tiene un problema de actitud más grande que su ego.  Algo así como el personaje de Don Eleuterio, “hay dos formas de ver las cosas, la errada y la mía”.  Si no piensas como ella, estas mal.  Si ella dice que dos mas dos es siete, pues ella está bien, aunque todos digan que es cuatro.  Se reúne con quien considera que la puede escuchar y, con quien tiene diferencias ideológicas, le falta el respeto con una facilidad bestial.  Amiga Gigi, así no se puede pedir la estadidad.

Ya tenemos suficiente con tu guerra tuitera con relación a la medalla de Mónica Puig.  Eso fue en el 2016 y todavía esta con su guerra chiquita de que ella fue la primera puertorriqueña en ganar la medalla de oro.  Aquí va mi punto de vista.  al que le guste que le guste y al que no, pues, que no le guste.

Es verdad que Gigi fue la primera puertorriqueña en ganar una medalla de oro en Olimpiadas, pero fue bajo la bandera de los Estados Unidos.  Cuando subió al podio, el himno que tocaron fue el de Estados Unidos, no el de Puerto Rico.  Además, ella ganó la competencia en dobles femeninos.  ¿Qué quiere decir ese pequeño detalle?  Que, si hubiera participado en competencia en sencillos, había una gran posibilidad de que no llegara, lo mismo que le pasó a Mónica.  La diferencia es que Mónica ganó y ella no quiso hacerlo.

Gigi era una especialista en dobles.  Quizás por eso nunca quiso representar a Puerto Rico, porque en su tiempo, no había otras jugadoras locales que estuvieran en ese nivel.  Además, si tenía la posibilidad de hacer pareja con Chris Evert, Mary Joe Fernández o Martina Navratilova, pues obviamente, la gloria, el dinero y otras chulerías las iba a obtener representando a la Metrópolis.  De patriotismo sólo no se come, y ella sabía lo que quería en ese momento.

Así que dejando eso claro, si ella fue la primera que llegó a un podio Olímpico, pero no fue la primera bajo el título de “puertorriqueña representando a Puerto Rico”.  Con Gigi no se escuchó La Borinqueña.  Al que le moleste, pues esa es la realidad de la vida.  Pero hay otras cosas por las cuales la gente, y la propia Gigi se tienen que preocupar, y tienen que sacar tiempo para atender y no lo hacen.  Las prioridades son una mierda.  Se tenía que decir y se dijo.

Eso querían, eso tienen.

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