11 de octubre de 2020

Mi país me preocupa. Mi país me duele. Mi país me decepciona todos los días más y más y más. Vivo en un país que no aprende. Vivo en un país masoquista. Vivo en un país que le gusta mucho el faranduleo, pero a la hora de la verdad no hacen lo que tienen que hacer. Vivo en un país ignorante y adoctrinado. Vivo en un país donde tenemos la oportunidad de hacer algo distinto, pero, por lo que veo, nada va a cambiar. La democracia es espectacular, pero las instituciones de este país han encontrado la forma de prostituirla al servicio de unos pocos con poder.
Eso queríamos, eso tenemos.
El llamado “Verano del 19” fue una utopía. El “Verano del 19” fue una farsa. El “Verano del 19” fue una ilusión de que la gente de esta isla se levantó y se canso del abuso de Baby Mesías y sus allegados. ¿Saben por que fue una farsa? Primero, porque eso fue un acto montado principalmente por el presidente del Senado, porque no quería a Ricky. Utilizo a la oposición para jugar su estrategia y, aunque no logró lo que quería, que era la silla de la gobernación, pero encontró a una marioneta para que hiciera lo que él quisiera. Ahí entro la Hermana Wanda. Ella es el frente y él, el poder detrás del trono.

Además, todos los implicados están todavía allá afuera haciendo lo que le sale de los cojones, viviendo de contratos del gobierno y pasándose la justicia por donde no le entra el sol. Ninguno se ha tocado. Son la mafia de los intocables del “Tsunami Azul”. Y a los que han “ajusticiado”, las sentencias han sido tan mierda que resulta en una buena inversión hacer las cosas mal.
Lo peor de todo, es que muchos de los “Brothers” están en las papeletas de los partidos. Obviamente, no en la papeleta impresa, pero están detrás de los candidatos. ¿Me van a decir que el KOI no esta asechando a esos candidatos? El KOI esta vivo. Si no pueden preguntarle a par de programas de televisión que le hacen las relaciones publicas al “grupo de poder”.

La estrategia esta trillada, hay que tirar a matar a los que tienen oportunidad, porque si no, se nos acaba el guiso. Hay que tirar a matar a los que tienen oportunidad porque si no, van a descubrir lo que por tantos años hemos tapado. Hay que tirar a matar a los que tienen oportunidad porque sí. Después de todo, la política es percepción y con una buena campana de publicidad y de lodo y de cuadrilla, pueden proteger sus intereses. Sus intereses, porque no son los intereses del pueblo ni de los ciudadanos. Son los intereses de la elite, como diaria uno de los candidatos.
No veo posibilidad de cambio. Los candidatos de los partidos principales están tan seguros de lo que puede pasar, que ni a los debates van. Los candidatos están tan seguros, que se están dejando llevar por las aberraciones de la nueva ley electoral, que ya más de 200,000 personas, o tienen voto por adelantado, o están acogidas a votar por correo. Si no puedo ganar unas elecciones a la buena, buscamos la forma de ganarlas por cualquier medio.
Por eso, y por otras cosas, mi país me duele. Eso querían, eso tienen.
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