6 de noviembre de 2022
Introducción
En serio que en las últimas semanas estoy que no me soporto. Puede ser casualidad de la vida, pero desde que se descoñeto el sistema, en realidad, las cosas no me importan. Se puede caer el mundo encima, y no me importa. Pierluisi se puede tirar de nuevo a la gobernación y gana, y no me importa. Después de todo, la gente de este país tiene memoria corta y selectiva, y siempre terminan votando por la misma basura. Pero eso es lo que quieren, eso es lo que se merecen. Y en realidad, en estos momentos, ME IMPORTA UN CARAJO.
Puede ser que mañana, o después de mañana, o el día después de mañana, mañana, pues me importe algo. Lo que si estoy claro es que estoy a tres pelos de alambre de un infarto, una embolia, o un patatús que haga que Pateco me lleve. Pero en lo que a muchos lo llevaría a estar preocupado por su salud, a mí, en realidad, no me interesa. Así que, si las cosas siguen como van, este sea el principio de los últimos episodios que escribo. Si las cosas cambian, y varios aspectos físicos y mentales mejoran en los próximos días, pues entonces, puede ser que me empiece a reimportar algo. Todo es un proceso.
2 mil millones
Pero en lo que el hacha va y viene, vamos a hablar de algo rapidito, el Powerball. Ese bingo que tiene a los pobladores de toda una nación y a sus territorios corriendo de lado a lado, gastando lo que no tienen, para ver si tienen la posibilidad de ganarse, en esta ocasión, unos tristes dos mil millones de dólares. DOS MIL MILLONES. Eso es una quinta parte del presupuesto de Puerto Rico. ¿Saben que se puede hacer con DOS MIL MILLONES DE DOLARES?
Eso una persona normal lo gastaría en quizás diez vidas y cuidado. Y si un boricua bestial se lo gana (que voy a ser yo, obviamente), lo primero que va a hacer es… qué sé yo. ¿Pagar deudas y la hipoteca? ¿Beber hasta quedar inconsciente? ¿No decirle a nadie para que no hagan fila frente a la casa para pedirle? ¿Donarlo a instituciones benéficas? ¿Irse a Dubai a hacer las cosas que nuestra cultura no permite y sin remordimientos? Esa es la pregunta de los $2 mil millones.
La contestación no la sé en realidad. Lo que si se es que quien va a gozar es Paquito y su departamento de hacienda. Lo menos que agarran de ese premio son unos miseros $500 millones para repartirlo en contratos a sus “amigos del alma”. Pierluisi se pondría feliz, porque él también se pegaría algo le caería para la campaña del 2024. Así que me tengo que preparar para aportar al país, al PNP y a otros cuponeros con corbata que existen por ahí.
Pero como dije al principio, ME IMPORTA UN CARAJO. Y aunque ya me visualizo visitando la oficina de Lotería Electrónica para recoger el premio esta semana, puede ser que no esté con la alegría regular de un escogido para una labor titánica de administrar mil quinientos millones de dólares privados. Pero de que acepto la responsabilidad, la acepto sin dudarlo. Eso, aunque no me importe.
Ya me veo con ese cheque de $1,500,000,000.
Pero lo que si me importa es una ayuda de ustedes, fieles lectores de este blog. Necesito un “refresh” de esas citas celebres de nuestros ilustres políticos oficiales y políticos contratados y que fueron y son “amigos del alma”. Algo así como el que dijo; “Such is life”. Si recuerdan algunos de esos comentarios y tienen la bibliografía completa, y me la pueden enviar, pues se los agradeceré como ustedes no saben. Esto es una voz que pide ayuda. Gracias anticipadas por su ayuda.
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