27 DE MARZO DE 2019
Introducción
Muchas veces pienso que mi tiempo se esta terminando. Es más, esta semana le di vacaciones a Cervantes, Cohelo, García Márquez y aunque han pasado veinte mil quinientos asuntos importantes es este Macondo de la vida, pues no tengo el interés ni el sarcasmo necesario para poder hacer un escrito que me satisfaga y valga la pena.
Pues vamos a lo que vinimos.
El club de los Lakers heridos
Me encanta la lógica deportiva. Cuando necesitas ganar, pierdes y cuando ya no te importa perder, pues ganas. En el fin de semana, los Laguneros de Los Ángeles, equipo que soy fanático en el baloncesto de la gran corporación, se eliminaron de toda posibilidad de entrar en la post temporada. Lo hermoso, después de todo, se eliminaron y ahora comenzaron a ganar. Llevan una racha espectacular de dos victorias. Me imagino que están livianitos y sin presión. Pero hay algo que todo fanático de ese equipo le molesta, y ese algo se llama Lebron James.
En toda la temporada no jugo para el equipo, jugó para sí mismo. Hizo comentarios fuera de lugar que molestaron feamente a sus “compañeros” de equipo. Realizó acciones que se consideran insubordinaciones contra su dirigente. Y que mucho fastidia que se autoproclame el mejor jugador de baloncesto de la historia, cuando si hubiera jugado contra Jordan, Rodman, Jabbar, Bird, entre otros muchos, hubiera sido un jugador del montón.
Pero ese llorón le tocó jugar una época de baloncesto que, como la sociedad actual, se ha suavizado y se ha convertido en una liga changuita. Por eso ya no se puede considerar la mejor liga del mundo. El baloncesto europeo se ha llevado ese distintivo en la pasada década, pero como no es tan comercial, pues a nadie le interesa (por lo menos en este lado del mundo). La aportación de este bron al baloncesto actual es ninguna. ¿Qué ha estado trabajando para hacer sus números? Sí. ¿Busca acomodarse en equipos para ganar campeonatos? Sí, aunque este año no lo logró. ¿Es un líder en la cancha? Absolutamente no.
En los últimos juegos ha hecho barbaridades que cuando una las observa, se da cuenta que el equipo no le importa. Eso sin contar que los árbitros de la liga son extremadamente condescendientes con las porquerías que hace. Su aportación a sí mismo es excelente. Su aportación al juego es cuestionable
Ese es mi pensar. A quien le moleste, le moleste.
Si te gusta este escrito, compártelo con tus amigos en todas las plataformas habidas y por haber. Puedes decirles a tus contactos que existe la página www.esoqueriasesotienes.com para que lean y opinen sobre las cosas que pasan en este país. Si estas en Facebook, la página se llama ESO QUERÍAS, ESO TIENES, y accedes por el botón “USAR APP“. Te puedes suscribir y dar comentarios sobre los temas discutidos.