18 de marzo de 2020
Introducción
Tenemos una situación de “shutdown” de nuestra sociedad.
Toda actividad social, económica, cultural, deportiva desaparecerá en al menos dos semanas en todo el mundo. Ya no hay NBA. Acaban de cancelar el evento de lucha libre más grande de este lado del mundo. Y aquí en Puerto Rico, pues la gobernadora cerró el país. Eso basado en las metidas de pata que había hecho, junto con su anterior secretario de salud. Ahora estamos en medidas drásticas, porque tenemos muchos casos, aún sin confirmar, en ocasiones, porque los médicos buscan que se les hagan las pruebas a sus pacientes, pero el departamento se niega a hacerlas. Y sin pruebas, no hay casos confirmados.
Como siempre, escondiendo los hechos para que digan que se están haciendo las cosas bien. Nada ha cambiado. El que piense que el verano del 19 tuvo resultados positivos, que lo piense de nuevo. No hubo cambio, no hubo mejoras, no hubo beneficios. Pero hay muchos que se quedaron anestesiados en ese momento.
Eso querían. Eso es lo que tienen.
Pandemia
Es más, no voy a hablar del dichoso coronavirus. Y ahora con el toque de queda, esto va de mal en peor. Le dicen a la gente que no haga las cosas, y más rápido las hace. Los que tuvimos que salir porque la cuarentena no nos aplica, vimos como las calles estaban llenas, vimos como la gente salió a las playas como si nada, vimos los comercios abiertos, aunque no fueran “servicios esenciales”. Después pasan las cosas que pasan.
Pero eso es lo que quieren, eso es lo que van a tener.
Hoy coy a dedicar la columna, episodio, o como quiera que yo quiera llamarle, a la pregunta que todos nos hemos hecho en la pasada semana. Una interrogante sobre un tema inexplicable. Un misterio sin resolver, hasta ahora. La pregunta es la siguiente:
¿Qué tiene que ver el papel de baño con el coronavirus?
Créanme mis amigos que estuve una semana rompiéndome la cabeza, buscando la lógica de la razón por la cual la gente se volvió loca comprando papel de para limpiarse el fundillo, si ninguno de los síntomas de la cosa esa es una diarrea bestial que te deshidrate y te deje más chupa’o que un “pouch” de Palo Viejo. Vi varios memes, casi todos graciosos, en especial ese que decía que la razón era porque uno estornudaba y cien alrededores se embarraban. Pero no, esa no era la razón. La razón es más sencilla de lo que esperaba.
Resulta ser que vivimos en un mundo vanidoso, donde la gente se quiere poner en la línea ya que viene el verano. Pues resulta ser que, para sustituir los gimnasios, la gente utiliza varios rollos, al menos cuatro, de papel de baño para hacer sus ejercicios. Es un método, al menos hasta hace poco, barato que puede contrarrestar los altos costos de las pesas y equipos (al menos que se consigan en una tienda de descuentos que se está yendo a pique y que a cada rato le ponen un 25% de descuento a esos equipos).
Se puede hacer cardiovascular con ellos cuando se llevan de un lado al otro de la habitación. Se puede hacer “lagartijas” modificadas moviéndolas de un lado al otro del cuerpo. Se puede hacer abdominales, de la misma manera que las lagartijas, además de que las puedes utilizar de pesas muy, pero que muy livianas, para lograr flexibilidad en los músculos. Se puede desarrollar coordinación, utilizándolas en un ejercicio combinado, lanzándola de un lado para el otro. También, se puede utilizar de ajustador de puntería, lanzando los rollos de punto A a punto B. Así que, ahí tienen varias ideas del uso que le esta dando la gente a esos adorados y valiosos rollos. Ya mi duda fue aclarada. ¡Qué bueno que existe el internet!
Ya aclarado ese misterio existencial. Dije que no iba a escribir sobre esto pero, considero que, aunque la enfermedad que causa el “Crownvirus” es seria, en especial para las personas mayores, o que tengan sus defensas comprometidas, hay una histeria colectiva que ha sido causada, mayormente por los medios de comunicación. Señores, lo único que hay que ver es que, en todas las noticias, locales, internacionales y estadounidenses, el tema es el coronavirus. Una cosa es informar y decirle a la gente lo que tiene que hacer, y otra cosa es decirle cada cinco minutos que esa cosa te va a matar. Hay gente bestia que hay que decirle las cosas cuarenta veces para que entiendan, pero no exageren.
Gracias a esa histeria de medios, se forma una histeria en la calle. Los supermercados y las tiendas de descuentos insólitamente estaban llenas. Sé que existe un riesgo de que, si las cosas se ponen peor, pues entonces, tenemos el riesgo de quedarnos sin provisiones, porque casi todo lo que consumimos lo importamos. Eso nos pasa por tener una visión pequeña y no ser autosuficientes en nuestro consumo.
Quien se está aprovechando de esta situación la veintiúnica compañía naviera que está en los muelles (digo única porque hay un oligopolio), que nos está aumentando el costo de traslado de vagones en plena crisis. ¡Qué bonito! ¿Y el gobierno que dice sobre eso? Nada. Ellos aprobaron el desmadre en puertos, y ahora no dicen nada. Esas aportaciones en campañas políticas son fructíferas para quien las da. Los “amigos del alma” se benefician, mientras el pueblo se jode.
Eso querían, eso tienen.
Para los que les aplica la cuarentena, esto esta empezando. Faltan al menos trece días para que comencemos a volver a la normalidad, si es que no pasa nada raro. Si no te aplica, pues entonces tienes el riesgo bestial de que la policía te arreste en momentos en que vas a trabajar. La gobe firmó una orden para un “lockout”, pero mucha gente no le esta haciendo caso. Vamos a ver si eso mejora en los próximos días, pero como quiera, hay mucha gente que, basado en los acontecimientos, vamos a ser mártires o carne de cañón, porque tenemos que mover la poca economía del país. Lo único que espero es que al tiburón se le ocurra hacer una plaza en los predios del capitolio para recordar a los que dieron su vida para que otros se pudieran quedar en sus casas. Igual al que les hicieron a las víctimas de Irma y María.
Por que eso es lo que nos merecemos, eso es lo que no vamos a tener.
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